Reflexiones

A lo largo de mi práctica docente me he dado cuenta de la importancia que tiene una planeación adecuada de la clase; sobre todo en la aplicación correcta de estrategias y en la generación de ambientes cordiales y propicios para el aprendizaje. En distintos momentos me ha pasado que una estrategia, por ejemplo una lluvia de ideas, me da muy buenos resultados con un grupo pero con otro no; esto creo que se debe a las características propias de los grupos, y es que el generalizar no es lo más oportuno, puesto que en ocasiones tenemos grupos en donde hay muchos alumnos participativos pero también está el caso de grupos en los que los alumnos son más introvertidos, que no les gusta participar verbalmente pero sí con actividades individuales. El ambiente que se propicia en el aula es también fundamental para que la clase rinda los frutos deseados; he tenido la experiencia en la que por no generar un clima de confianza y de menos rigidez, los estudiantes se inhiben, se esconden o se niegan rotundamente a dar sus opiniones; es necesario como docente ser  flexible pero a la vez exigente, tratarlos como versa el dicho popular "con ternura de madre pero firmeza de padre". 
Es importante también la motivación que se promueve en la clase, si yo como profesor no practico como un hábito las actitudes adecuadas para despertar el interés en los alumnos, es muy probable que los estudiantes por sí solos no la traigan de su casa o que no encuentren la motivación necesaria para moverse en las acciones que se presentan en el aula para el aprendizaje.
Por otro lado, en cuanto a las acciones que desarrollo en clase, y me refiero a una de ellas en particular, la de practicar los exámenes escritos; anteriormente los aplicaba en periodos bimestrales, pero siendo mi materia la de matemáticas y viendo que los contenidos a evaluarles por este medio podían acumularse en gran cantidad, decidí optar por aplicárselos en periodos mensuales y con esto disminuir la carga de estudio y obtener mejores resultados, además de mantenerlos activos en este sentido por periodos de tiempo más cortos y frecuentes.
En cuanto a las dinámicas de grupo, reconozco que me hace falta aplicarlas en clase; estas son una herramienta muy poderosa potencialmente para favorecer en los alumnos situaciones concretas como el compañerismo, la solidaridad como personas en sociedad, la fraternidad, la tolerancia a la diversidad, la aceptación de sí mismos, el reconocimiento de sus cualidades y por consiguiente propiciar un alto desempeño tanto en la escuela como fuera de ella. He tomado cursos a este respecto y necesito volver a retomar los recursos ofertados, explorar las dinámicas y elegir las más adecuadas y oportunas para aplicar en mis grupos.
El trabajo en equipo es una herramienta que no he explotado con mucha frecuencia en mi clase, creo que por el temor o desconfianza en que los alumnos no se comprometan con las actividades, ya por experiencia he observado en ocasiones que los estudiantes con mayor capacidad son los únicos que trabajan y los demás sólo se muestran como observadores. A este respecto creo que requiero no de prescindir de esta herramienta de trabajo en el aula, sino más bien, organizarla mejor: diseñar las actividades más prácticas y atractivas, adecuar el nivel de dificultad, organizar los equipos de trabajo de manera que haya en ellos mayor afinidad y un clima de confianza al interior del mismo, y sobre todo asignar comisiones pequeñas que comprometan a todos los integrantes del equipo.




1 comentario:

  1. Parece que me estoy leyendo. Muy buena redacciòn y exposiciòn de ideas. Maestro, en el ùltimo apartado le confieso que cuando les "soltè la rienda" y me aventurè a confiar en ellos (con mi supervisiòn constante), los resultados fueron sorprendentes. Felicidades mi profe.

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